Con la compra de un certificado digital podrá disponer de un certificado seguro (SSL) propio.
Los certificados SSL se contratan de forma anual (generalmente) y se han de ir renovando periódicamente. Tanto el alta como las posteriores renovaciones se facturan a 59 €/año.
¿Certificado SSL compartido o certificado SSL propio?
Con el certificado SSL compartido aparece un aviso en el navegador con el siguiente mensaje: "el certificado de seguridad fue emitido por una organización en la que usted no ha depositado su confianza. Vea el certificado para determinar si desea confiar en la entidad".
Probablemente mucha gente desconfiará ante este tipo de mensaje en el navegador. De todas formas, la conexión es encriptada igualmente. Deberá tener en cuenta sin embargo, que al servidor SSL compartido accederá a través del nombre del servidor en el que esté alojado y no usando su nombre de dominio.
En principio para recoger datos poco delicados de un formulario, no es imprescindible el uso de un certificado SSL propio. Los SSL compartidos son una solución, pero si se trata de un proyecto serio, es recomendable usar un certificado SSL oficial que ofrecerá a sus clientes/visitantes mucha más tranquilidad.
Para disponer de un certificado SSL propio necesitará también disponer de una IP propia. Es un requisito básico por cuestiones técnicas. Disponer de una IP propia para el servidor seguro, supone añadir 12 €/año al precio del alojamiento o si se contrata mensualmente 1 €/mes y 6 € de alta.
Contratar un certificado SSL propio añadiendo la IP propia tiene un precio de 71 €/año.